Cristo, al nacer, asumió la condición de los niños: nació pobre y sometido a sus padres. Todo niño, -imagen de Jesús que nace- debe ser acogido con cariño y bondad. Al transmitir la vida a un hijo, el amor conyugal produce una persona nueva, singular, única e irrepetible. Allí empieza para los padres el misterio de evangelización. En él debe fundar su paternidad responsable: en las circunstancias sociales, económicas, culturales, demográficas en que vivimos, ¿son los esposos capaces de educar y evangelizar en nombre de Cristo a un hijo más? La respuesta de los padres sensatos será fruto del recto discernimiento y no de la ajena opinión de las personas, de la moda o de los impulsos. Así el instinto y el capricho, cederán lugar a la di­ siplina consciente y libre de la sexualidad, por amor a Cristo cuyo rostro aparece en el rostro del niño que se desea y se trae libremente a la vida.

La estabilidad en la relación de padres e hijos es comunicativa. Cuando las demás familias ven cómo se aman, nace el deseo y la prác­tica de un amor que vincula a las familias entre sí, como signo de la unidad del género humano. Allí crece la Iglesia mediante la integra­ción de las familias por el bautismo que a todos hace hermanos. Don­de la catequesis robustece la fe, todos se enriquecen con el testimo­nio de las virtudes cristianas. Un ambiente sano de vinculación de familias es lugar único de nutrición, fortalecimiento físico y mental para los hijos, en sus primeros años. Los padres son allí maestros, catequistas y los primeros ministros de la oración y del culto a Dios. Se renueva la imagen de Nazareth: "Jesús crecía en sabiduría, en es­tatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Hoy en día tenemos muchas religiones y bueno cada religión por distinta que sean las creencias pero las religiones están en desacuerdo con la desintegración familiar porque las religiones dicen que la familia es en principal núcleo de donde somos y en donde podemos salir adelante desarrollarnos como seres humanos tanto en lo espiritual como en muchas actividades las religiones siempre incitan a las familias que estén unidas y que participen en actividades religiosas, las religiones siempre ayudan a fortalecer las familias y cuando existen las desintegración familiar ayudan a las personas a salir adelante o a tratar de encontrar la manera para que se vuelvan a unir siempre inculcándoles la palabra de dios para las religiones la desintegración familiar es uno de los principales problemas que lleva las drogas a maras y la pobreza también por la pobreza se puede dar la desintegración familiar.
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